La última Asamblea de la Federación Navarra de Ikastolas (NIE), celebrada el mes pasado, nombró por unanimidad a Mikel Asiain presidente de dicha Institución, relevando en el cargo a Pello Irujo.
Mikel Asiain será el decimosegundo presidente de NIE y ocupará el cargo que desde su creación ocuparon Julio Altadill, Ramón Mintegi, Patxi Arze, Jesús Bueno Asín, Txomin Izko, Gorka Nicuesa, Fermin Altzugarai, Aingeru Epaltza, Xabier Azanza, Izaskun Arratibel y Pello Irujo.
Tal como apuntó en sus primeras palabras tras el nombramiento, durante su periodo al frente de la presidencia del Consejo Rector, pretende dar continuidad al espíritu de trabajo e innovación que han mostrado los miembros que le han precedido.
“Desde las Ikastolas seguiremos realizando un esfuerzo especial en la formación continua del profesorado, por un lado, y en la implicación y participación de las familias, por otro, para entre todos y todas conseguir unos centros escolares cuyos objetivos primordiales los constituyan el desarrollo de las competencias personales y sociales del alumnado; el aprender a hacer; las capacidades lingüísticas, teniendo al euskera como eje central pero fomentando el plurilingüismo... en estrecha relación con lo que las directrices europeas plantean” señaló. Remarcó asimismo la importante apuesta realizada en las Ikastolas por el desarrollo sistemático de la inteligencia emocional, para que nuestros hijos e hijas aprendan a ser personas íntegras y, al mismo tiempo, elementos activos de la sociedad en la que viven.
Destacó como imprescindible la intervención de todos los cooperativistas –actuales y pasados– para seguir manteniendo vivo este movimiento educativo y cultural, que precisamente el pasado año 2015 celebró su 50º aniversario.
Considera esencial el trabajo que debemos realizar para fomentar el uso del euskara más allá del ámbito académico, sin olvidar la renovación continua en todo lo relacionado con la destreza en el manejo de las nuevas tecnologías. “Es vital –finalizó-seguir impulsando el trabajo en equipo, y la puesta en valor del auzolan como seña de identidad de este movimiento. Fue ese trabajo en común el que hizo posible el nacimiento y desarrollo de las ikastolas, escuelas surgidas del propio pueblo y que trabajaban para él, con un carácter pionero e innovador que quedaban patentes en su continuo intento por modernizar la educación y hacer del euskera la lengua vehicular en el ámbito educativo, ámbito al que hasta ese momento no había tenido acceso”.