En un mundo donde la tecnología parece ser una extensión de nosotros mismos, resulta cada vez más difícil imaginar una vida sin pantallas. Los niños y niñas y jóvenes de hoy han crecido rodeados de dispositivos que ofrecen infinitas posibilidades: información al alcance de un clic, amigos virtuales a través de redes sociales, y contenidos de todo tipo que transforman sus formas de aprender, comunicarse y divertirse. Pero, ¿estamos realmente preparados para acompañarlos en este viaje digital? ¿Cómo asegurarnos de que las nuevas generaciones utilicen la tecnología de manera responsable, saludable y segura?
En el marco del Día Internacional del Internet Seguro, que se celebra cada 9 de febrero, se nos invita a reflexionar sobre estos temas. Es una jornada que busca promover el uso seguro y positivo de las tecnologías, especialmente entre los más jóvenes, quienes son los más vulnerables a los riesgos online. Este 8 de febrero, la Federación de Ikastolas organizaba una jornada abierta a la sociedad sobre el uso de pantallas en el Palacio del Condestable, donde se debatió cómo encontrar ese equilibrio entre aprovechar las ventajas de la digitalización y proteger la salud mental, la privacidad y el bienestar de nuestros niños/as y adolescentes. Es normal que, como padres y madres, educadores/as y a nivel social, nos surjan dudas y temores. Las pantallas pueden ser una ventana al mundo, pero también pueden abrir puertas a situaciones de riesgo; desde el ciberacoso hasta la adicción digital, los peligros son reales. Pero no podemos quedarnos anclados en el miedo. En lugar de resistirnos al avance de la tecnología, debemos educar y guiar a los y las jóvenes para que la usen de manera consciente y crítica. Necesitamos un enfoque que combine el cuidado, la empatía y el entendimiento. ¿De qué manera podemos hacerlo? Primero, reconociendo que la tecnología, como cualquier herramienta, no es buena ni mala por sí misma. Todo depende del uso que le demos. La clave está en enseñar a nuestros hijos e hijas a navegar de forma responsable, a entender los riesgos, y a reconocer los límites que debemos establecer para proteger su bienestar emocional y físico.
El evento organizado por la Federación de Ikastolas expertas en educación, tecnología y psicología ofrecieron su visión sobre cómo integrar las pantallas en la vida de los más jóvenes sin que eso les reste tiempo a actividades fundamentales como el juego al aire libre, las interacciones cara a cara, o el descanso necesario para su desarrollo. Fue una oportunidad para compartir experiencias, aprender sobre las herramientas que los jóvenes usan cada día y, sobre todo, para poner sobre la mesa preguntas difíciles que no podemos ignorar: ¿qué tipo de contenido están consumiendo? ¿Están preparados para enfrentar los desafíos que el mundo digital les presenta?
Además, este tipo de eventos resulta vital para desmitificar la idea de que los adultos somos ajenos a la tecnología; muchos de nosotros/as crecemos con un enfoque más analógico, pero esto no significa que estemos desconectados. Es fundamental que familias y educadores/as también se familiaricen con las nuevas herramientas y plataformas que los jóvenes usan. Solo así podremos acompañarlos de manera efectiva.
Es cierto que, como sociedad, nos encontramos en una fase de adaptación a la era digital. Pero esta transformación no debe ser temida, sino comprendida. El Día Internacional del Internet Seguro no es solo un recordatorio de los peligros que acechan en la red, sino también una oportunidad para promover un internet más saludable, accesible y seguro para todos.
Las Ikastolas tenemos el compromiso de ofrecer al alumnado una formación integral y completa, dentro de la cual es imprescindible su empoderamiento digital. No basta con saber utilizar la tecnología; debemos fomentar el uso crítico para entender el funcionamiento de los algoritmos, contrastar la información, entender la importancia de la privacidad y mantener una actitud ética en la red. El modelo de persona recogido en el Marco General de Educación de las Ikastolas refuerza esta dirección: empoderar al alumnado para que sea capaz de actuar con responsabilidad y autonomía.
Pero construir un mundo digital seguro no sólo es responsabilidad de la Ikastola y de la familia. Toda la sociedad juega un papel fundamental y, más allá de la educación, es necesario ofrecer modelos y fomentar el debate social en torno al tema. Los contenidos que nuestros niños y niñas encuentran en la red, los mensajes que pueden recibir y las experiencias que comparten son un reflejo de nuestra sociedad.
La Administración es responsable de garantizar la normativa adecuada y las medidas de protección para desarrollar medidas de protección de datos, combatir el fraude y limitar los contenidos nocivos. Por otro lado, debe revisar su relación con las grandes empresas tecnológicas para establecer políticas que primen la privacidad y la seguridad. Además, la formación para familias y educadores debe impulsar campañas de sensibilización para promover un entorno digital seguro.
El modelo de persona definido en el Marco General de Educación de las Ikastolas tiene cinco grandes distintivos que no son sólo palabras, son valores y capacidades que nuestros niños, niñas y jóvenes necesitan para avanzar en la vida, incluido el entorno digital. El distintivo de la solidez interna se aborda trabajando con herramientas para que el alumnado se sienta seguro consigo mismo en el entorno digital, donde su paz interior y su autoconciencia son su mayor apoyo.
Buscamos personas emprendedoras con capacidad de tomar decisiones responsables en Internet. Para ello es fundamental dotarles de conocimientos sobre el funcionamiento de las redes sociales, plataformas y algoritmos, impulsando su uso crítico. Así mismo, también en la red la clave es la solidaridad y la cooperación y desarrollar habilidades para construir comunidades digitales sanas basadas en la colaboración.
El entorno digital está en constante cambio y nuestros niños, niñas y adolescentes deben estar preparados para adaptarse al cambio y tener capacidad para promover cambios positivos. Ayudar al alumnado a utilizar la tecnología de forma crítica y creativa para mejorar la sociedad a través de ella es un reto complejo pero necesario.
En los entornos digitales la presencia de las lenguas hegemónicas es enorme. El uso del euskera en estos entornos debe hacerse de modo consciente, fomentando la creación y el consumo de contenidos digitales en euskera para que la presencia de nuestra lengua siga siendo relevante también en este espacio de conocimiento, ocio y relaciones. Un entorno digital seguro y educativo es responsabilidad compartida, padres y madres, educadores y educadoras, administración y sociedad en su conjunto tenemos que trabajar conjuntamente para ayudar a nuestros niños, niñas y jóvenes a vivir de forma segura y responsable en el mundo digital. A través de la educación, al empoderamiento; a través de la protección, a la libertad. En eso consiste nuestro reto.