LAS IKASTOLAS COOPERATIVAS: COMUNIDADES PROFESIONALES DE APRENDIZAJE
Las Ikastolas cooperativas de Navarra siempre han sido instituciones preocupadas por la innovación pedagógica tal como lo atestiguan los diferentes proyectos y programas ideados y desarrollados durante sus largos años de historia que se han ido generalizando a diferentes centros educativos, más allá de los de su red (programas de inmersión lingüística, coeducación, proyectos para el desarrollo de competencias básicas,…). El reto que las ikastolas cooperativas tienen ante sí en este momento es conseguir fundamentar la práctica docente, trabajar de forma más colaborativa y continuar mejorando continuamente lo que se hace en las aulas. Para hacerlo posible, se están desarrollando protocolos y herramientas útiles que permiten determinar las prácticas docentes adecuadas, evaluar su cumplimiento, facilitar el desarrollo profesional de los profesores/as y promover la mejora en las aulas y el aprendizaje de los estudiantes.
Para esta nueva línea de innovación y reflexión cuentan con el asesoramiento de Federico Malpica, doctor en Ciencias de la Educación y profesor, investigador y consultor internacional. Es director del Instituto Escalae.
La nueva línea de investigación y experimentación emprendida por las ikastolas centra su enfoque en los procesos de enseñanza y aprendizaje y el desarrollo profesional docente, contando con toda la escuela y la comunidad educativa. Hoy más que nunca es imposible concebir la educación de manera individual y aislada, pues el reto formativo es enorme, ya que va mucho más allá de la adquisición de los conocimientos académicos. Y para cumplir con las expectativas de formación en habilidades, actitudes y competencias para la vida es necesario coordinar todos los esfuerzos
La calidad educativa no se puede entender sino a través de la excelencia en la profesión docente, y no de forma individual, sino colectiva, altamente supervisada, que permita a los profesionales no sólo ser buenos aplicadores sino, sobre todo, sentirse seguros para comportarse también como estrategas de su clase en el desarrollo de una metodología común y compartida, intentar prácticas nuevas y ser reconocidos por ellas. El impulso de las comunidades de aprendizaje profesional que las Ikastolas están desarrollando ayudarán a mejorar continuamente la calidad en las aulas, pues permiten enfocar la estrategia, emprender nuevos proyectos, resolver problemas rápidamente, transferir buenas prácticas, desarrollar habilidades profesionales, generar investigación, desarrollo e innovación, así como sustituir la formación permanente tradicional del profesorado, a base de cursillos y títulos, por procesos de aprendizaje y trabajo colaborativo entre colegas.
La apuesta por este modelo de innovación sostenible de las ikastolas es una apuesta clara por la mejora continua y permanente de la práctica educativa. Este aprendizaje docente colaborativo es poco habitual en la cultura imperante en las organizaciones y entidades educativas, donde lo común es que cada quién entienda su clase como un espacio cerrado de dominio propio y en el que rara vez se invita a otro colega a participar. Superar el individualismo que caracteriza la profesión docente no es tarea fácil, requiere el desarrollo de estructuras adecuadas donde cada docente se sienta implicado, así como una metodología de trabajo que permita formarse en la acción y en la reflexión con otros. También requiere compartir ciertos valores y objetivos comunes, que van más allá de la propia práctica personal. “Hablamos de comunidad cuando, además de compartir preocupaciones comunes, se comparten valores profesionales y sociales. Así pues el reto es crear comunidades profesionales de aprendizaje compuesta de profesionales que comparten una misma visión de lo que quieren conseguir en cuanto al aprendizaje de sus estudiantes, de tal manera que todos sus objetivos, proyectos y formación continua, contribuyen al logro de esa visión compartida.
Las Ikastolas cooperativas son conscientes de que no puede haber innovación en instituciones fraccionadas, que no sean capaces de generar conocimiento pedagógico común, ya que una condición indispensable de la mejora y la innovación es que pueda garantizar cierta consistencia y coherencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje que siguen los estudiantes al pasar por las diferentes aulas a lo largo de toda su formación, y esto pasa por un aprendizaje colectivo de los docentes que forman parte de una misma institución educativa, evitando el azar, la coincidencia y el voluntarismo de los propios profesionales, para transformarse en un modelo de formación y desarrollo docente bien estructurado, planificado, trabajado y evaluado.