24/02/2016 | Diario de Noticias

Premio al talento navarro

PAMPLONA - Tienen entre 17 y 18 años y los cinco mejores expedientes de Navarra en la ESO. Se trata de María Álvaro, Beatriz Echarte, Maite Munárriz, Leyre Ayllón y Marta Grasa, cinco jóvenes que han logrado llegar a la última fase de selección de las Becas Europa, un programa cuyo objetivo es despertar en los futuros alumnos la actitud del “verdadero universitario” mediante viajes a las universidades más importantes de Europa.

“La gente se cree que somos las típicas empollonas que estamos todo el día estudiando y sin salir de casa...”, confiesa Leyre Ayllón, que estudia en el Liceo Monjardín. “Y que nos encanta estudiar”, añade Maite Munárriz, de San Fermin Ikastola, provocando las risas de Marta Grasa, María Álvaro y Beatriz Echarte. Las 5 coinciden en que “es una cuestión de organizarse” y que “hay tiempo para todo”. Aunque, como dice Leyre, también influyen otros factores; “ Yo creo que a todas se nos quedan las cosas rápido y no nos cuesta mucho tiempo, aunque en bachiller ya hay que estudiar más...”.

Esta aventura, cuyo final cada vez está más cerca, comenzó hace dos años en los despachos de sus respectivos directores de estudios. “Nos explicaron que hay cincuenta becas y que habían llamado a los 3 alumnos con mejor expediente de cada colegio”, explica María, que por aquel entonces cursaba cuarto de la ESO en San Cernin. Casi 3.000 personas, de todo el Estado, se presentaron a la primera fase de la selección. “Nos hicieron un test personal, nos preguntaron por cosas como una frase o un momento que nos inspirase, a quien admirábamos... En esta primera fase fue cuando más gente se quedó en el camino. Marta y yo, que estudiamos juntas en el Liceo Monjardín, empezamos con otro chico, pero no pasó esta fase”, apunta María mientras Beatriz y Maite asienten con la cabeza y recuerdan que “de los 3.000 que empezamos, pasamos cerca de 800”.

Tiempo después, los seleccionados recibieron una convocatoria para “la siguiente fase”, en la que, según explica Maite, “nos dividieron en grupos, como de 12 personas o así, y nos pidieron que pensásemos, en inglés, en una aplicación que facilitase la vida a los profes”. “Nosotros pensábamos que nos estaban evaluando las respuestas y las ideas que habíamos aportado, pero al mismo tiempo habían reunido a nuestros padres en otra sala para explicarles que lo que les importaba de esa prueba era la forma de relacionarnos, como hablábamos, si aportábamos ideas o no...”, apunta María, que no puede evitar reírse al recordar el momento en el que se enteró.

Luego, tiempo después, llegó la tercera fase. “Estábamos como 500 personas y consistió en hacer un montaje audiovisual hablando sobre uno mismo. No nos dieron más pautas”, explica Leyre, que coincide con sus compañeras en que “pasé más tiempo pensando lo qué quería contar” que haciendo el vídeo. No en vano esta prueba fue una de las que más les costó hacer, ya que eran públicos. “Nuestros vídeos, el de Bea y el mío, los colgaron en la web del colegio. Y durante mucho tiempo fue lo primero que salía, porque era lo último que se había subido. Me dio mucha vergüenza subirlo a Youtube. ¡Podía verlo todo el mundo!”, explica Leyre, que no sonaba muy convencida con la idea.

En esta última criba quedaron 300 personas, aunque la espera fue complicada. “Tardaban mucho en poner los resultados y yo pasaba muchos nervios e intriga. Ya tengo ganas de que acabe el proceso de selección, ya es hora, llevamos mucho tiempo”, confiesa María, haciendo referencia a que el proceso comenzó hace casi dos años. Para Maite, el momento de descargar las listas y empezar a leerlas era “eterno”. “Cada vez que cogía la lista, iba leyendo y veía: Leyre Ayllón, y entonces ya seguía bajando hasta llegar a la M, a ver si me encontraba”, señala, mientras Leyre sonreía.

El pasado jueves, las cinco emprendieron el camino a Madrid para enfrentarse a la última fase del proceso, en la que “hemos tenido varias conferencias tanto de profesores de la universidad como de exganadores de Becas Europa y demás, hemos visitado la ciudad financiera del banco Santander y nos dio una conferencia el director don Rodrigo Echenique...”. Además, también hicieron “algún trabajo en distintos grupos, un test psicotécnico, entrevistas personales...”. “Ha sido una gran experiencia, todas hemos estado contentísimas y con ganas ya de saber el resultado. Sin duda esta experiencia ha valido la pena vayamos o no al viaje final”, afirma Beatriz a su vuelta a Pamplona. Y es que, como dice María, “esta beca no es solo turismo por las universidades europeas más importantes, sino que te forma en muchos aspectos”.

FUTURO Aunque por el momento las cinco están centradas en la temible selectividad, María, Bea, Marta, Maite y Leyre tienen grandes proyectos de futuro. “A mí me gustaría estudiar Farmacia Internacional, con algunas asignaturas en inglés, y probablemente lo haré en la Universidad de Navarra”, explica Beatriz, en cuyos planes la opción de hacer un Erasmus ocupa un lugar destacado.

Por su parte, María también sigue la senda de la sanidad, pero desde otro punto de vista; el de los médicos. Marta prefiere la física, “siempre me ha gustado, incluso veo vídeos de física en Youtube en mi tiempo libre”, y Leyre la ingeniería informática con un Erasmus en Holanda. Maite es la que más se diferencia, con un doble grado en Psicología y Criminología.

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