2016/03/19 | Diario de Noticias eta Paz de Ziganda Ikastola

Educación con buen provecho El alumnado (junto a sus docentes) que participó este viernes en la última jornada de este taller de

El alumnado de 6º de Primaria de la ikastola Paz de Ziganda, en Villava, ha vivido una clase diferente durante esta semana. Cada día, un grupo de 20 estudiantes de entre 11 y 12 años dejó las asignaturas habituales para ponerse un delantal y aprender a cocinar su propio menú. En total, 80 niños y niñas han afrontado esta experiencia, que por primera vez se ha organizado en una ikastola navarra de la mano del Basque Culinary Center, Eroski y la propia Federación Navarra de Ikastolas. La iniciativa, que este año afronta su tercera edición y tiene lugar en 15 ikastolas (dos de ellas navarras; Argia, en Tudela, se pondrá tras los fogones en mayo), incluso contó el miércoles con la participación de las familias en un taller de pintxos.

“La iniciativa es interesante, y se le puede sacar mucho jugo. El alumnado ha participado muy bien en la dinámica”, apuntó ayer el director del centro, Iñaki Erroz. El proyecto, bautizado como Sukaldatu/A cocinar, permite, como cuestión práctica, trabajar el vocabulario en euskera, y de fondo, vincular el trabajo previo en la cocina al simple hecho de alimentarse.

“Durante un día, suspendemos otras clases para que cada grupo pueda vivir esta experiencia. Es importante porque, a menudo, pueden pensar que eso de preparar la comida es algo automático, así que esto es parte del proceso educativo”, detalló la profesora Irantzu Eslava. De hecho, esta maestra estaba convencida de que el alumnado “recordará estas clases, y dentro de unos años pensará que les dimos cocina y se preguntarán ¿cómo lo hicieron?”.

Esa ha sido la tarea del Basque Culinary Center, que en un laboratorio del edificio de Bachiller ha montado durante esta semana una clase con forma de u con ocho fogones transportables, un frigorífico y con Aritz Ansola, propietario del restaurante Sansonategi (Hernani), como profesor. “Los estudiantes vienen muy ilusionados, porque para ellos es algo nuevo”, declaró. Para la clase, de hecho, supone “un reto”, el de preparar su propio menú: ayer, fueron champiñones con jamón y flor de huevo, marmitako (con verdel) y macedonia con zumo de naranja y yogur.

En parejas, o grupos de tres, los y las escolares se encargaron de preparar su propia comida. Antes, realizaron la lista de la compra, acudieron al supermercado y, después, siguieron la receta y las indicaciones del profesor en el aula. Para estudiantes como Irune Egozkue, Olaia Bilbao y Amaia Bretón, lo más difícil de todo el proceso fue “pelar las patatas”. Y, al parecer, también abrir el apetito para el marmitako, que, como expresó otro compañero, Iker Gil, “es algo que me gusta más preparar que comer”.

Los objetivos

Promover la salud y el reciclaje

Algo más que un taller de cocina. “¿Quién se va a animar a ir a Masterchef? Aquí estoy no lo dudes”. Iker Gil, estudiante de 6º de Primaria, se postuló así durante el taller para cocinar frente a las cámaras, aunque ayer se preparó para ello cocinando junto a sus compañeros Aimar Zabala y Adrián Artieda. Ahora, cuestiones de la moda, parece inevitable ver a niños y niñas entre fogones y no pensar en el concurso televisivo. Desde la ikastola, sin embargo, defendieron que esta iniciativa tiene mucho más que ver con sus múltiples aplicaciones: la promoción de hábitos saludables y los productos locales, la corresponsabilidad en la cocina, la limpieza o el reciclaje.

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